Las autolesiones como reflejo del dolor emocional

12 de octubre, 2025

Generalmente, las autolesiones aparecen como un intento de aliviar emociones que resultan abrumadoras: tristeza profunda, ansiedad, frustración o incluso una sensación de vacío.

Para quien las realiza, el dolor físico puede parecer más fácil de tolerar que el emocional, brindando una sensación momentánea de control o liberación. Sin embargo, este alivio es temporal y no resuelve el problema de fondo, pudiendo aparecer después sentimientos de vergüenza o culpa, lo que refuerza un círculo difícil de romper

Es importante reconocer que detrás de las autolesiones suele haber un sufrimiento profundo que no aparece de la nada, sino que es señal de que la persona necesita ayuda para sostener emociones que superan su capacidad de afrontamiento en ese momento. Entre los factores que pueden estar presentes se encuentran problemas de autoestima, experiencias traumáticas, dificultades familiares, o problemas de salud entre otras cosas.

Superar las autolesiones no es un proceso rápido, pero sí posible con acompañamiento adecuado, profesional y emocional. La terapia psicológica ayuda a trabajar las causas del dolor, encontrar estrategias más sanas para regular las emociones, y fortalecer recursos internos.

El apoyo del entorno resulta fundamental: familia, amistades y profesionales pueden ofrecer un espacio seguro donde no se juzgue el sufrimiento, sino que se acompañe con comprensión y respeto.

Buscar ayuda es un acto de valentía y nadie debería enfrentarse solo el peso de su dolor emocional, siendo las autolesiones una forma de pedir ayuda y que necesitan ser escuchadas con sensibilidad. Durante el proceso de terapia la persona puede aprender que existen otras maneras de aliviar el malestar sin hacerse daño, y que su historia no está determinada por el sufrimiento sino por la posibilidad real de sanar y reconstruirse.